jueves, 24 de enero de 2013

Mural homenaje a Jorge Juan, marino y científico.


Mi pasión desde niño ha sido siempre la pintura pero nunca me he planteado vivir exclusivamente de ella. Al día siguiente de acabar Magisterio, la única carrera que podía estudiarse en Toledo, ingresé en la Facultad de Bellas Artes y al terminar, después de realizar mi primera exposición en Madrid, me trasladé a vivir a Alicante donde empecé a trabajar como profesor, y esta ocupación, que no veía como algo definitivo, me gustó. Desde entonces enseñar a dibujar a jóvenes estudiantes, a pesar de que gritan, son rebeldes, están en la edad del pavo y ahora enganchados a todo tipo de aparato electrónico, también estudian, se ríen y comunican optimismo y vitalidad. Es por tanto una profesión que me encanta.

Empecé a ser profesor y a navegar simultáneamente, en la misma época; y en ello sigo.

Desde hace unos años imparto clase en el Instituto Jorge Juan de Alicante, la institución académica más antigua de la ciudad. El nombre le viene de uno de los primeros y más ilustres científicos y marinos españoles: Jorge Juan Santacilia (1713-1773), nacido en Novelda, Alicante, por lo que este 5 de enero de 2013 se ha celebrado el Tercer Centenario de su nacimiento.

Dentro de los trabajos planteados en el nuevo Taller de Pintura que ha empezado a funcionar este año en el instituto hemos realizado un mural homenaje a tal evento. Entre los motivos fundamentales que componen la pintura, conformada por dos módulos cuyas medidas totales son de 300 x 120 cm, están una rosa de los vientos, un sextante y un navío de la época en que Jorge Juan navegó a Perú para medir un grado del arco de meridiano terrestre en una expedición franco española.




Jorge Juan. 1713-2013. Acrílico/madera. 300 x 120 cm. 2013


Contar con este grupo de alumnos ha sido estupendo ya que han trabajado mucho y bien. Como  tantos jóvenes, Olivia, Alex, Silvia Aledo, Silvia Veguillas, Faseye, Belen, Julia, Isma y Aurora se asustaron inicialmente ante el reto que les proponía pero, con ánimo y ayuda, no solo se esforzaron, sino que, como yo esperaba, salieron airosos con un trabajo excelente. Quiero agradecerles desde aquí el esfuerzo y la buena disposición que han tenido. El resultado final así lo demuestra.

En las imágenes siguientes les vemos en diferentes momentos del trabajo, así como la colocación de este en la entrada del instituto

Boceto inicial

Iniciando el trabajo

Pintando mástiles, velas y sextante

Los pintores, gente seria y formal

Dando las últimas pinceladas

Felices por el trabajo bien hecho

Con Martín Alía, su profe

Colocación en la entrada del instituto

El mural aporta más luz y color al centro

Después de presentar el mural me llega por correo electrónico información referente al navío que llevó a Jorge Juan a las américas y cuyo nombre era el Conquistador. De haberlo sabido antes hubiera facilitado mucho nuestro trabajo. El velero representado es muy similar al original. Realizaremos no obstante pequeños cambios en la pintura para que este sea aún más parecido, incluidas las banderolas por que, aunque la expedición estaba promovida por el monarca francés, nuestro rey exigió la participación de marinos españoles y el barco en el que fue Jorge Juan enarbolaba pabellón español.






domingo, 13 de enero de 2013

Canaletto y el puente Rialto




Si existió un pintor al que pueda identificarse con su ciudad natal Venecia, ese es sin duda alguna Canaletto. Giovanni Antonio Canal (1697-1768) hijo del pintor Bernardo Canal, de ahí el sobrenombre de Canaletto, fue el artista más destacado dentro del nuevo género pictórico de las “vedutas”, y para mí el que mejor pintó, recreó, imaginó y retrató su ciudad. Hasta el punto de que cuando presentaba un nuevo lienzo, los venecianos corrían a descubrir esa nueva Venecia que su pintor les mostraba. La Piazza de San Marcos, el Palacio Ducal, El Gran Canal y otros muchos lugares y edificios venecianos aparecen con profusión en sus cuadrod pero, el Puente Rialto ocupa un lugar preeminente en su pintura.




Canaletto: El Puente Rialto desde el norte




Canaletto: El Gran canal y el Puente Rialto desde el sur




Canaletto: Gran Canal y Puente Rialto desde el sur. 1727




Tanto es así que no solo lo representa varias veces tal como lo conocemos, sino que lo plasma en diferentes “caprichos” e incluso, y ahí está la novedad, representa y da vida a varios de los proyectos que se presentaron a un concurso público que tuvo lugar en 1551 y al que concurrieron importantes artistas de la talla de Palladio, Vignola o el propio Miguel Angel para sustituir al original puente de madera que estaba cada vez más deteriorado. Fue construido en 1591 por el ganador Antonio da Ponte con diseño de un solo arco, tan audaz para la época, que el ingeniero veneciano Vicenzo Scamozzi auguró su derrumbamiento en un futuro no muy lejano



Canaletto: Capricho con el palladiano Puente de Rialto




Canaletto: Capricho con el puente de Andrea Palladio y la basílica de Vicenza




Canaletto: Capricho con el Puente de Rialto y otros edificios imaginarios. 1740





Y en estas pinturas del mencionado género de los caprichos donde conjuga la imagen real del puente construido con otros edificios venecianos en diferentes escenarios:



Canaletto: Capricho con el Puente de Rialto y otros edificios en la laguna. 1747




Canaletto: Capricho con el Puente de Rialto y la Iglesia 
 de San Giorgio Maggiore. 1750.




A pesar de las predicciones de Scamozzi, el puente ha sobrevivido quinientos años en bastante buena forma a pesar del acelerado deterioro de las últimas décadas. Hace más de un año el Gremio de trabajadores del mármol y la Patronal de artesanos venecianos se han ofrecido para restaurar la pasarela. Ojalá la burocracia municipal, aún sin contestar, no dé al traste con tan generoso ofrecimiento.


He de reconocer que Canaletto siempre me ha interesado por la luz, la composición y ese halo irreal que tienen sus pinturas. Hay críticos e historiadores que rebajan su obra a poco más de paisajes para burgueses. No lo comparto en absoluto, aunque debo decir que hace unos años, visitando el Museo Marítimo de Londres, instalado en el antiguo hospital de Greenwich que Canaletto pintó en el cuadro que aparece bajo estas líneas, el conjunto de edificios, a pesar de estar muy bien conservados, no tenía la belleza y magnificencia que el artista le dio con su hábil manejo del encuadre, la perspectiva y el color.



 Canaletto. El hospital de Greenwich en Londres. 1753.


Aun así la magia y el equilibrio de sus composiciones forman parte de lo que está considerado como PINTURA con mayúsculas.



jueves, 3 de enero de 2013

Venecia


Es agua, laguna e islas. Canales y puentes. Barcos, góndolas y embarcaderos. Plazas y calles; pasajes, soportales, arcos y pórticos.








Es arte. Arquitectura bizantina, gótica, renacentista, barroca, neoclásica... La basílica de San Marcos y su esbelto campanile, 270 iglesias de las 300 que llegó a tener, con sus campanarios y torres, algunas ahora inclinadas al ceder sus cimientos por la tremenda humedad. Palacios con sus grandiosas fachadas, de mármol, de ladrillo, de estuco. Pórticos y balcones, ventanales, rejas, celosías, columnas, tejados, chimeneas, aleros, terrazas.



La basílica de San Marcos y la Torre del Reloj desde el campanario



Uno de los palacios del Gran Canal

Es mármol, blanco, puro, brillante; también sucio, deshecho, corroído, pútrido. Es ladrillo y cristal, vidrio, hierro, óxido, bronce, plomo, latón, madera y cal.



Palacio Ca d´Oro, cuyo nombre es debido a que originalmente 
la fachada estuvo recubierta de láminas de oro


Es pintura y pintores: Leonardo y su “Canon”, Tintoretto, Veronese, Tiziano, Tiépolo embelleciendo con sus obras palacios e iglesias, o sirviendo de inacabable inspiración a Canaletto, a Guardi… Y su Bienale.



Canaletto: "San Marcos el día de la Ascensión"


Es escultura, griega, romana, bizantina, renacentista... Y escultores: Donatelo, Cánova… Es música con Vivaldi. Es ópera en La Fenice. Es teatro, es cine.


Escalera de los Gigantes en el Palacio Ducal


Es humedad, viento, bruma, niebla. Oleaje, estela y espuma. Hierba, musgo, hojas, algas. Jardín, árbol, hiedra, enredadera, maceta. Pozos, barandillas, escaleras.

Es color: blancos, rojos, ocres, verdes, grises, azules, sienas, dorados, cárdenos, amarillos, negros.

Museos. Comercios, cafés, hoteles, bares, restaurantes, trattorias, pizzerías… Y Carnaval. Y  máscaras.

Y, no lo olvidemos, es belleza, preciosismo, lujo, orgullo, altanería, prepotencia y megalomanía en su Palazzo Ducale, pero también miedo, frio, suspiros, gritos y terror en sus cárceles.

Personas y animales. Gondoleros. Viajeros, residentes, extraños, turistas. Paseantes, observadores, novios, parejas, jóvenes, viejos, niños, abuelos, enamorados, religiosos, comerciantes, mirones. Palomas, gaviotas. Y por supuesto su orgulloso León Alado
  
Todo en ella es admirado, anhelado, envidiado, querido, odiado. Mostrado, expuesto, visto, observado. Está solo, o es recóndito, privado, escondido,  tapado, oculto. Estrecho o angosto.


No todo en Venecia son palacios


Pero también es amanecer, bruma, frescor, campanas, luz, sombra, sol, paseo, tarde, crepúsculo, noche. Penumbra, oscuridad, pasos, silencio...

Y tiempo. Sobre todo tiempo; pasado, antiguo, moderno, nuevo, actual.  Ayer, hoy, mañana… Siempre.





Las fotografías que ilustran esta entrada están tomadas en un viaje a esta maravillosa ciudad durante las pasadas navidades